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El Consejo confirma el retraso en la maduración de la uva de tres semanas y el excelente estado vegetativo del viñedo
El Consejo Regulador ha ampliado esta semana a todo el territorio de la D.O. Calificada Rioja el control de maduración de la uva, confirmando el retraso de unas tres semanas respecto a la cosecha 2012, que fue una de las más adelantadas y tuvo uno de los rendimientos más bajos de las últimas dos décadas por efecto de la sequía.
Como resultado más significativo de los análisis de las muestras recogidas por los veedores del Consejo en este segundo control, realizado el lunes 9 de septiembre, se ha constatado el excelente estado vegetativo que presenta en general el viñedo riojano, como corresponde a un año de abundante pluviometría. Destaca igualmente el buen estado sanitario, con focos de oidio sin apenas trascendencia a nivel global, así como el peso de las bayas, muy superior a la media habitual, a pesar del retraso en la madurez alcohólica. Respecto a la subzona Rioja Baja, donde comenzó el control la semana pasada, los análisis muestran que la maduración está evolucionando correctamente en el conjunto de los parámetros. En una campaña como esta, la climatología de las próximas semanas será muy decisiva para los resultados finales.
Al servicio de la calidad
El control de maduración de la uva es un importante servicio que presta el Consejo Regulador al sector vitivinícola con el objetivo de determinar la fecha idónea de vendimia en cada localidad y permitir así optimizar la calidad de los vinos elaborados. Dada la diversidad climática que presenta Rioja, para la toma de muestras se subdivide el territorio de la D.O. en 20 zonas vitícolas, coincidiendo la variación con su orografía y con la gradación progresiva de la altura del valle del Ebro, cuyas cotas van de 300 a 700 m. Los 55 viñedos ‘testigo’ se han elegido teniendo en cuenta su grado de representatividad de la zona en que se ubican, tomándose en cada uno de ellos 100 bayas de 33 cepas diferentes (dos bayas son del hombro y una del ápice de cada racimo).
Las muestras recogidas por los veedores del Consejo son analizadas en los tres laboratorios oficiales de la Denominación: Estación Enológica de Haro, Estación Enológica de Olite y Casa del Vino de Laguardia. Los parámetros analizados son los que, al alcanzar el equilibrio idóneo entre sí, permiten determinar el momento óptimo de madurez de la uva: peso de la uva, grado alcohólico probable, acidez total tártrica, pH, ácido málico, potasio, índice de polifenoles totales, antocianos e intensidad colorante.
El boletín editado semanalmente especifica la localidad y paraje en que ha sido tomada cada una de las muestras, dato que sumado al de variedad, altitud y año de plantación del viñedo ‘testigo’ permite al viticultor establecer una comparación con sus propios viñedos en función de su ubicación y características, pudiendo así elegir adecuadamente la fecha de vendimia, algo que resulta fundamental para obtener la máxima calidad del fruto cosechado.