BODEGAS LAN, EL TRABAJO EN EL VIÑEDO SE REFRENDA EN LA BODEGA

No es fácil encontrar una bodega que me sorprenda, que me muestre algo diferente… tal vez por eso siempre prefiero el viñedo que es donde de verdad se encuentra la singularidad.

El mes de mayo, entre viaje y viaje, cata y cata con el Wine Up Tour, hice una escapada de menos de 24 horas a La Rioja para visitar Bodegas LAN, un compromiso adquirido meses antes y que tenía que cumplir.

Para la visita me espera Amaya Cebrian @acebr, responsable de Marketing y Comunicación que sabe mucho de @bodegasLAN y mucho de vino, buena anfitriona que decidió comenzar la visita por donde comienza el vino, en el viñedo.

En pocos kilómetros llegamos a Viña Lanciano, uno de los enclaves más privilegiados de la Rioja. Un meandro del río Ebro acuna las 72 hectáreas del viñedo que tiene una edad media superior a los 30 años. Este viñedo nació (se compró) con la bodega, algo que dice mucho de las intenciones de los fundadores de LAN: elaborar vinos de calidad.

Como testigo está el Puente romano de Mantible del que se conservan sus ruinas y que encontramos en la etiqueta de uno de los vinos más emblemáticos de la firma: Viña Lanciano que ha sido sometido a un acertado restyling.

El paseo por el viñedo es toda una experiencia, siempre lo es y en este caso, más. A simple vista, se observan los distintos tipos de suelo en el que siempre encontraremos en mayor o menor densidad el canto rodado. Su presencia es importante porque actúa de regulador térmico y ayuda a la buena maduración de la uva. Recoge el calor del día y lo desprende de noche, además permite un buen drenaje del agua.

De esta finca se seleccionan las uvas para tres “buque insignia” de la bodega: Culmen, Lan a mano y el anteriormente citado que da nombre al viñedo: Viña Lanciano Reserva.

Vale más una imagen que mil palabras, así que acompaño una generosa galería de imágenes de Viña Lanciano.

Ya de vuelta a la bodega, hacemos el recorrido habitual, seguimos los pasos de la entrada de la uva: mesas de selección, prensas, depósitos… lo habitual en una bodega concebida para el trabajo. Me llama la atención la línea de embotellado. Por razones de espacio está en una nave con dos niveles, lo que les obligó a desarrollar un sistema de “cadenas” diferente para mover las botellas de una planta a otra. Es curioso ver como de la necesidad se hace virtud y por lo visto, en Bodegas LAN están habituados a la innovación y a superar retos.

Como digo al principio, no hay muchas cosas que me sorprendan a día de hoy en una bodega, pero con LAN esto no se cumple y quedé enamorado de su sala de barricas, tanto estéticamente como en la forma de trabajo.

La sala de barricas es una nave diáfana de unos 6400 m2, algo que ya de por sí impresiona. Desde lo alto se ven “pirámides de barricas” que tienen una buena explicación.

Diseñaron un sistema automatizado de apilado y trasiega pionero en el mundo. Un sistema robotizado que permite un control perfecto de las partidas-lotes de vino, algo importante ya que gracias a él pueden, no solo elaborar los vinos por parcelas, también pueden criarlos en barrica y posteriormente hacer el ensamblaje con total garantía y perfecta trazabilidad.

Actualmente alberga unas 32000 unidades con (según datos de la bodega) una edad media de 3 años. La sala, podría duplicar su capacidad actual con este sistema.

Cuando te mueves entre barricas no impresiona tanto como cuando la ves desde lo alto gracias a un pasillo acristalado que recorre un lateral de la sala.

La visita termina en la zona noble donde se pueden degustar con total tranquilidad los vinos de la bodega y acompañarla de la buena gastronomía riojana.

Con respecto a los vinos, están todos catados, comentados y puntuados en:

Guía de vinos Wine Up (www.wineup.es)

En la ficha de la bodega en ecatas.com: http://www.ecatas.com/es/bodegas/606.

No puedo escribir de una bodega sin al menos recomendar al menos un vino, por lo que mi consejo es que descorchéis una botella de LAN A MANO 2011.

PUNTOS: 93.38

NOTA DE CATA: Rojo picota capa alta ribete amoratado casi violáceo. En nariz es intenso, fruta negra, regaliz (balsámicos marcados) un toque terroso y mineral, madera bien integrada. En boca es carnoso, intenso, fresco, tanino que llena la boca con buena sensación. Final con fruta negra, cacao, toques mentolados, elegante.

Para más adelante, dejo pendiente la visita a otra de las bodegas del grupo: Santiago Ruiz @SantiagoRuizR