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Un sueño en las alturas, nuevo vino de Pago de los Capellanes
La familia Rodero Villa, al frente de la bodega Pago de los Capellanes, presenta Un Sueño en las Alturas, el primer vino que elabora en las viñas viejas de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia de la Cuesta, tres pueblos de la zona más alta del sur de la Ribera del Duero.
Un Sueño en las Alturas es un tinto 100% tempranillo resultado de años de ilusión, trabajo y conocimiento de esta frontera sur de la Ribera, caracterizada por la elevada altitud, una geología única y un patrimonio de viñedo antiguo que las familias de viticultores de estos pueblos han cultivado y preservado durante generaciones.
Con Un Sueño en las Alturas, la familia Rodero Villa reivindica el valor de las viñas extremas y del entorno natural de esta zona de laderas y vallejos agrestes al pie de los montes de la Serrezuela. Al mismo tiempo, homenajea el esfuerzo de la viticultura local y cumple con la visión de los fundadores de la bodega, Paco Rodero y Conchita Villa, quienes apostaron por las virtudes de estos altos viñedos para la elaboración de vinos de una finura, una pureza y una mineralidad excepcionales.
Una suma de energías y un camino ilusionante
Un Sueño en las Alturas es el resultado de unir los ideales y la realidad tangible de un lugar concreto que la Familia Rodero Villa ha llegado a conocer y apreciar profundamente. En esta suma de energías confluyen años de esperanzas y deseos, de trabajo intenso y de fascinación por el paisaje y el viñedo de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia.
Todo empezó hace más de 10 años, cuando Paco Rodero y Conchita Villa, fundadores de Pago de los Capellanes, empezaron a subir a estas tierras altas. Les movía la búsqueda de la excelencia y la pasión por reinterpretar un patrimonio de viñas viejas intacto.
Así empezaron el camino: asumiendo el cultivo de algunas parcelas antiguas con ganas de crear algo especial, con una mezcla de idealismo y visión propia. Con el tiempo fueron incorporando más viñedo, trabajando con las familias de viticultores de la zona y, sobre todo, profundizando en el conocimiento de las virtudes vitícolas de la zona.
Pronto nació la idea de vinificar una selección de esos viñedos viejos, con el objetivo de elaborar el gran vino representativo del paisaje. Finalmente, el propósito se hace realidad en Un Sueño en las Alturas, nombre que sugiere el lugar, que habla de ilusiones y que a la vez tiene mucho de homenaje. Es la conexión entre espacio, tiempo y emoción.
La singular geografía de Un Sueño en las Alturas
Las laderas y pequeños valles de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia de la Cuesta conforman una de las geografías más singulares de toda la Ribera del Duero. En primer lugar por su geología, que data de una época muy anterior al resto de la Ribera: se formó hace entre 250 y 500 millones de años y es de composición silícea, con abundancia de gneis y depósitos de cuarzo, feldespato y mica. Estos minerales han sido importantes para la zona en un sentido económico: hasta los años 1980, había habido minas en Fuentenebro, donde aún se ven claramente las bocas y los desmontes de la actividad minera.
La particular geología aflora en la superficie en forma de suelos de arcilla de color rojo muy intenso. El viñedo parece cabalgar sobre olas de tierra rojiza, en una imagen muy impactante. Sobre estas lomas se extiende la vegetación autóctona, perfectamente adaptada a las exigentes condiciones climáticas y físicas de las faldas de la Serrezuela. Además del resistente matorral continental, destaca la serie arbórea, formada por pinares en las áreas más altas, por encinares dispersos y por numerosos ejemplares de las especies más icónicas de estas latitudes castellanas: enebros y sabinas.
La viticultura de las tierras altas
En este marco geográfico, el proyecto de Un Sueño en las Alturas asume el compromiso de desarrollar una viticultura responsable, respetuosa con el medio y enfocada a preservar las virtudes del entorno y del paisaje.
La primera decisión clave fue trabajar con plantaciones antiguas de viña. Son el testimonio de la historia del lugar y de la tradición de sus gentes, y al mismo tiempo constituyen un extraordinario potencial de identidad vitícola. Su cultivo desde el respeto y la intervención precisa es una de las grandes aportaciones del desarrollo de Un Sueño en las Alturas.
Otro hito agronómico destacado tiene que ver con la abundancia de árboles en el entorno y, sobre todo, con su convivencia paisajística con el viñedo. Esta realidad natural ha motivado la voluntad de la Familia Rodero Villa de armonizar la presencia de árboles dentro de muchas viñas viejas mediante la práctica de la viticultura agroforestal. Se trata de integrar las especies de la serie autóctona, principalmente enebros y sabinas, dentro del ecosistema del viñedo con el objetivo de aprovechar la simbiosis vegetal y potenciar el equilibrio de todo el conjunto.
El vino, expresión de un lugar único
Suelos rojos, roca antigua, flora diversa y el particular ambiente de los lugares altos. El clima montaraz, los vientos de las llanuras elevadas, los cielos abiertos. La tradición vitícola, la pervivencia del viñedo ancestral, las ilusiones del presente, los caminos que llevan a las viñas de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia.
Todo esta suma de elementos tanto físicos como intangibles forma el territorio de Un Sueño en las Alturas. Y su expresión es un vino de carácter nítido, la descripción de un espacio entre el mundo de la sierra y el ámbito del valle, donde la naturaleza parece haberse empeñado en manifestar una cara diferente a todo.
Finura, frescura, una sensación aérea, fluida y enérgica. La huella muy presente de las especies arbustivas, de las rocas extrañas y de los rincones ocultos al pie de montes casi olvidados. Y los rigores de unas condiciones adustas pero luminosas. La vida agreste, la vida en el límite. Un nuevo horizonte, de perfil único, que ya forma parte para siempre de Pago de los Capellanes.