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Bodega Singular como lo es… Bodega Descalzos Viejos
Cuando sumamos un invierno generoso en lluvias, al sol de Andalucía, el resultado es una paleta de colores impresionantes donde el más abundante y el que predomina es el verde en todas sus tonalidades posibles, salpicados por otros colores que aportan las flores del campo. Verdes como los que ya pintan los viñedos situados en la hoya del Guadalevin, en Ronda – Málaga, un enclave privilegiado para una bodega Singular como Descalzos Viejos.
Si se puede hablar de una historia vitivinícola en la localidad de Ronda, ésta tradición se pierde hace más de un siglo. La viticultura vuelve para quedarse en Ronda, una ciudad histórica y bonita donde las haya en la que en los últimos años se han construido bodegas y plantado viñedos, puede que tomando como una forma natural de salida y venta de sus vinos, el potencial turístico de la ciudad, si bien, ninguna de estas bodegas tiene la singularidad de Descalzos Viejos, ni el enclave, en el extremo Norte del arco que describe el Tajo de Ronda, desde donde se comienzan a intercalar pendientes que descienden a la base de la hoya, donde se encuentran los viñedos de la bodega. Mirando al sur y al abrigo del viento del norte, la ubicación ofrece las mejores condiciones de soleamiento y aporta a los viñedos un microclima especial y benigno para el cultivo de la vid, que en años de extrema sequía pueden recibir agua del manantial con el que cuenta el convento-bodega.
Los arquitectos Flavio Salesi y Francisco Retamero adquieren la propiedad en el año 1998 y en el año 2000 después de diversos estudios sobre el tipo de suelo y las variedades que mejor se adaptarán al terreno y clima es cuando plantan las 5,5 hectáreas de viñedo dentro de las 16 con las que cuenta la finca.
Las variedades plantadas son la blanca Chardonnay y las tintas Cabernet Sauvignon, Merlot, Garnacha, Petit Verdot y Syrah. Todas estas variedades son plantadas con un claro objetivo: producir vinos de autor, vinos de alta expresión.
A partir de ése momento y contando con un enclave singular y unos viñedos y variedades mejorantes que en pocos años mostrarían todo su potencial, sólo faltaba la parte de magia que supone la elaboración de éstos vinos, para lo que se ponen en manos del enólogo Vicente Inat.
Con el crecimiento de estas viñas, en espera de su primera cosecha, se inicia la restauración del convento. Un edificio y paraje abandonado durante más de dos siglos que hay que acondicionar y reconstruir para montar una bodega y permitir que en ella se puedan elaborar vinos de calidad. Si los monjes trinitarios que lo habitaron, levantasen la cabeza!!
La bodega se encuentra en el edificio principal una vez restaurado, el oratorio del convento, un templo de una sola nave de estilo gótico-mudéjar que data de la reconquista. En esta misma nave se ubican tanto los depósitos de fermentación y almacenamiento como la embotelladora y la sala de barricas. Un parque de barricas en constante crecimiento bajo la atenta mirada de los frescos recuperados que formaban parte del altar de éste oratorio.
En general, podríamos decir que los vinos que elabora la bodega bajo el nombre dV Chardonnay, dV y dV + Expresión, son vinos de corte moderno, pensados en el consumidor actual y que acompañan tanto una comida informal como el mejor de los banquetes.
Cuando veo la obra de restauración y recuperación de este enclave singular, la plantación de los viñedos y el entorno, no puedo más que acordarme del libro que recientemente disfruté “un viñedo en la toscana” y de las aventuras y desventuras de Ferenc Maté para restaurar el edificio que albergaría su casa y bodega, junto al cultivo de los viñedos, créanme que hay muchos parecidos, hasta en el manantial…
CATA DV 2008 CHARDONNAY:
CATA DV 2007:
CATA DV+ 2005:
De color rojo picota intenso con ribete purpura. De capa media alta y lágrima densa de caída lenta.
En nariz es complejo con una amplia gama aromática que pasan desde frutos del bosque con predominio de frutillos negros, especia y regaliz con un sutil toque a cacao. Cosméticos y toques florales a lila y pétalo de rosas. Recortes de lápiz – cedro.
Su boca es carnosa, con cuerpo y taninos contundentes, tal vez algo falto de acidez pero en general bastante agradable en boca. Es balsámico y su retro gusto complementa y refuerza la nariz, sobre todo en los matices florales, en fruta a ciruela y de la madera, perfectamente integrada, el cedro.